Las asociaciones navarras de donantes buscan movilizar a los jóvenes

El envejecimiento de los donantes y el bajón de accidentes mortales que lleven a donación obligan a concienciar a la juventud
La Universidad de Navarra acogió ayer la I Jornada de Donaciones y Trasplantes

"La sangre no es propiedad de nadie, sólo de las personas que la necesitan". "Con un donante es posible salvar 6 o 7 vidas". "No pedimos una vida a cambio de otra. Os pedimos algo que no necesitáis". "Estamos esperando la muerte o que alguien que ya no va a necesitar sus órganos no dé una segunda oportunidad".

Con éstas y otras frases, representantes de asociaciones navarras de donantes y trasplantados trataron ayer de remover las conciencias de los alumnos de la Universidad de Navarra, con el objetivo de ganar fieles para sus causas y garantizar un relevo generacional en las donaciones y la perpetuación de éstas.

Los colectivos se dieron cita en el Edificio de Ciencias de la UN con motivo de la I Jornada de Donaciones y Trasplantes, organizada por Universitarios por la Ayuda Social (UAS) bajo el lema Hay muchas formas de demostrar que te importa. La jornada se compuso de puestos informativos y una mesa redonda en la que los colectivos y expertos médicos explicaron qué supone donar.

Pedro Errasti, del departamento de Nefrología de la Clínica Universidad de Navarra, destacó que los transplantes constituyen "la única parte de la sanidad que no podría continuar sin la participación de la sociedad", ya que, "si no hubiera donación altruista, no habría trasplante". En opinión de Errasti, a los jóvenes les cuesta convertirse en donantes porque "hay una cierta tendencia a la falta de compromiso". "A la gente joven le cuesta comprometerse de por vida. Los estudiantes universitario se creen aparte de la sociedad. Saben que hay gente que sufre, pero hasta que ellos no sufren no saben qué es el sufrimiento".

Gloria Fernández, presidenta de DOMENA (Asociación Eduardo Domezáin de Donantes de Médula de Navarra) y Conchi Soto, presidenta de ATEHNA (Asociación de Transplantados de Enfermos Hepáticos de Navarra), no compartieron la tesis de Errasti sobre la juventud. "No es por una falta de compromiso propiamente dicho. Es por falta de información, sobre todo en el tema de la médula", dijo Fernández. "Tienen miedo a lo desconocido y falta de información", reforzó Soto. DOMENA nació a raíz de la lucha del joven pamplonés Eduardo Domezáin, hijo de Gloria Fernández, contra la leucemia, de la que finalmente falleció a los 23 años. "Es una enfermedad silenciosa y que estalla", apuntó ella, quien llamó a los donantes de médula "héroes silenciosos". Por su parte, Conchi Soto vive desde el año 2000 con un hígado donado y que le trasplantaron en la CUN. "Cuando una persona espera un hígado está hundida física y emocionalmente porque se hace muchas preguntas", relató. "Estás esperando un hígado, pero también la muerte. Será o una cosa o la otra".

La búsqueda de la implicación de los jóvenes encuentra gran parte de su explicación en la necesidad de aumentar las cifras de donantes vivos ante el hecho de que, con la reducción de fallecidos por accidentes de tráfico, las donaciones de órganos de cadáveres han descendido. En 1992, en España hubo más de 500 donaciones multiorgánicas por accidente de tráfico; en 2009 fueron 129. En Navarra, además, y según explicó ayer Juan José Unzué, coordinador autonómico de trasplantes, se ha producido un repunte de rechazos a donaciones multiorgánicas tras muertes (3 en 2009, 5 en 2008 y ninguno en los años anteriores), protagonizados principalmente, según Unzué, por familias extranjeras o de etnia gitana.

María Otermin, secretaria de ADONA (Asociación de Donantes de Sangre de Navarra), habló de la donación como un "acto social". "El día que falte sangre, órganos o cualquier tejido no vamos a poder echarle la culpa a nadie. Es una responsabilidad social", manifestó Otermin, que fijó la meta de mantener las donaciones "incorporando a ellas a la mayor gente posible porque la población está envejeciendo a pasos agigantados". También participaron en la mesa redonda Ana Rosa Muniáin (ADANO, Asociación de Ayuda a Niños Oncológicos); Eduardo Olavarría, del departamento de Hematología del Hospital de Navarra; Antonio Medarde (Centro de Transfusión Sanguínea de Navarra); y José Félix Apesteguía, socio de ALCER (Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades Renales). Éste habló a los universitarios a los ojos : "Hay que concienciarse de que en este mundo estamos 4 días", "animaos, no os van a matar para quitaros un riñón" y "el botellón no es bueno ni para los trasplantes ni para los jóvenes", les dijo.