Si piensas que estás vencido, lo estás. Si piensas que no te atreves, no lo harás. Si piensas que te gustaría ganar, pero no puedes, no lo lograrás. Si piensas que perderás, ya has perdido. La batalla de la vida, no siempre la gana el hombre más fuerte o más ligero, porque más tarde o más temprano, el hombre que gana, es aquel que cree poder hacerlo.